(Es decir, tres bolas de madera: una dentro de otra y a su vez dentro de otra, sin partirlas, claro!)
¿Qué no se puede?
Salva de Quilós os lo demuestra fácilmente (?). Para los que conocéis a Salva no os resulta demasiado sorprendente.
Salva es un gran tallador de madera -entre otros menesteres-, y tiene la bonita costumbre de llevar siempre consigo la navaja y alguna de las pequeñas piezas de madera que caben en sus bolsillos. Mientras conversa en los bares y alfombra el suelo, no ceja en su tallado. Brega y brega, con más o menos compañía, con más o menos énfasis, según discurra el diálogo. Se empeñó hace tiempo en que en el interior de una bola de madera escondía otra, y así, abriendo las ranuras correspondientes en la primera bola para poder atacar el núcleo con la navaja, va desligándolo y creando una bola independiente de su contenedor. El resultado final es una bola “atrapada”, pero independiente, en su escueto cubículo de madera. ¿Se entiende?
Aún hay más. Últimamente se ha empeñado en desprender una tercera bola del interior de la segunda y nos sorprende con su habilidad y dominio de la talla. La foto no es muy elocuente pero os podemos asegurar que donde parece haber una, hay tres bolas independientes!
¿No os lo creéis?
¡SALVA, ENSÉÑALES LAS BOLAS!
¿Qué no se puede?
Salva de Quilós os lo demuestra fácilmente (?). Para los que conocéis a Salva no os resulta demasiado sorprendente.
Salva es un gran tallador de madera -entre otros menesteres-, y tiene la bonita costumbre de llevar siempre consigo la navaja y alguna de las pequeñas piezas de madera que caben en sus bolsillos. Mientras conversa en los bares y alfombra el suelo, no ceja en su tallado. Brega y brega, con más o menos compañía, con más o menos énfasis, según discurra el diálogo. Se empeñó hace tiempo en que en el interior de una bola de madera escondía otra, y así, abriendo las ranuras correspondientes en la primera bola para poder atacar el núcleo con la navaja, va desligándolo y creando una bola independiente de su contenedor. El resultado final es una bola “atrapada”, pero independiente, en su escueto cubículo de madera. ¿Se entiende?
Aún hay más. Últimamente se ha empeñado en desprender una tercera bola del interior de la segunda y nos sorprende con su habilidad y dominio de la talla. La foto no es muy elocuente pero os podemos asegurar que donde parece haber una, hay tres bolas independientes!
¿No os lo creéis?
¡SALVA, ENSÉÑALES LAS BOLAS!
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